Cumpleaños,
santos, día del padre, aniversarios, reyes, en fin multitud de motivos para hacer regalos; y aquí los que se llevan la palma siempre son los grandes almacenes,
restaurantes… que si el mejor reloj, el vestido de última colección, el perfume
de 100 pavos,la cenita romántica por San Valentín.
Podéis llamarme pasional, sentimental o sensible porque realmente es así.
Después de varios años y en vez de ir a menos va a más, me encanta recibir regalos y aunque suene raro, hacerlos (sinceramente no sé lo que me gusta más) pero no "regalos" de los que se quita el celofán y sale el mejor anillo del mundo, REGALOS de esos, currados, que marcan y duran para siempre.
Una
foto, unas flores en el momento adecuado, un postre, algo que por “simple” que
pueda parecer te demuestra que esa persona se molestó en acordarse de ti.
Es ahí cuando sabes quién te quiere y no, quién funciona como máquinas obligadas a cumplir órdenes de la sociedad consumista y egoísta.
Es ahí cuando sabes quién te quiere y no, quién funciona como máquinas obligadas a cumplir órdenes de la sociedad consumista y egoísta.
Por
los vídeos, las fotos, los mensajes, las cartas o cualquier pequeño detalle que
realmente provoque esa "sensación" indescriptible.
Y mi regalo, en forma de canción:Que te vaya bonito de Rosana.
¡A quererse mucho y que os vaya bonito!