Siempre
que hablamos de salud nos vienen a la mente los órganos internos del cuerpo,
los miembros brazos, pies… ¿y alguien se
acuerda de los maravillosos 5 sentidos que nos dan la vida?
Cuando
alguien roza tu cuerpo, te da un beso, una
caricia o un abrazo, te sientes la persona más feliz del mundo. ¿Alguien
recuerda esos sentimientos? Sí, verdad, pues son gracias al tacto.
Cuando
vemos el paisaje nevado por la ventana desde la cama calentitos, nos tumbamos a
ver las olas en la arena de la playa, eso es la vista.
Cuando
comemos el cocido de mamá, la tableta de chocolate, el postre de la abuela, se
nos salen los ojos de las orbitas, porque nunca hemos probado algo tan
verdaderamente rico. ¿Os acordáis aquí del gusto?
Cuando
notamos la brisa de la sierra, las olas del mar, las risas, los llantos y el
“te quiero”; es todo gracias al oído.
Y
por último, el olor a bollos recién hechos, el perfume de tu chico, de tu chica,
el aroma de tus zapatillas de cuando eras pequeña, a ropa limpia, a naturaleza,
eso es el gran sentido del olfato.
Para
poder disfrutar de todos y cada una de las cosas que nos da la vida sólo lo
podemos hacer gracias a nuestros 5 sentidos.
Y
ahora que todos estáis dando gracias por ellos, llego yo y os digo que, la piel,
el ojo, la lengua, el oído y la nariz, sólo son meros receptores que trasmiten
el mensaje.
Todo
y digo todo, está en nuestro cerebro.
En
nuestro motor, esa cajita donde lo guardamos todo y es capaz de recordarnos un
momento como si lo estuviésemos volviendo a vivir después de 20 años solo con
un olor. Hacernos llorar con escuchar una voz, unas pisadas.
Para
el año que llega, os propongo un nuevo propósito, Ascender a la felicidad, devorando
cada placer y detalle más mínimo de esta vida, porque todo queda guardado en
los recuerdos, nada se olvida.
Entonces,
¿los sentidos o la memoria? Los dos siempre los dos. Gracias al mensajero
tenemos el paquete.
Dejo
el enlace de “la gran ironía de la vida”, de Dani Martín. QUE BONITA LA VIDA.
Feliz
año 2014.